Por: Juan David Giraldo Rojas
Ha
sido un viejo y anhelado sueño de la lucha contra el crimen la posibilidad de
poder anticiparnos a la comisión de un delito, por ejemplo el hurto o el homicidio.
Actualmente encontramos avances técnico-científicos en el área del Análisis y Modelamiento en Seguridad que
nos acercan a este objetivo mediante la realización de análisis estadísticos apoyados
por múltiples factores en los cuales participan gran variedad de ciencias y
disciplinas. De cierta forma, podríamos decir que es una aplicación de la
vigilancia epidemiológica a la vigilancia del delito.
Las
publicaciones científicas[1] reportan que en países
como los Estados Unidos y el Reino Unido se desarrolla un área llamada Predective Policing, lo que en español
traduciría algo como “Vigilancia Predictiva”, la cual se basa en el estudio de
los llamados “puntos calientes” que se ubican en los mapas delincuenciales para
hacer los estudios por georreferenciación de delitos a los cuales se les suma
la información sobre las circunstancias básicas de Tiempo – Lugar – Modo
(T-M-L), pero enfatizando en la oportunidad de delinquir que tendrían los
criminales y el hecho de que hay muchos de estos individuos que son reincidentes.
Para ello en algunos lugares como el Instituto de Estudios Científicos sobre Seguridad
Jill Dando[2] o los que realiza la
Oficina de la Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODOC)[3], o los realizados en Chile
por CEAMOS[4], se toma como objeto de
análisis un lugar donde ya haya ocurrido un delito, como por ejemplo un hurto y
que probablemente pueda ocurrir nuevamente.
En
este tipo de estudios es fundamental realizar un “Proceso Analítico” en el cual
se describen los métodos y técnicas utilizados para la comprensión del delito o
disturbio que se estudia, la forma como se ha producido el descubrimiento del
delito, la noticia criminal, los actos urgentes desarrollados, las evidencias
recolectadas, las entrevistas realizadas, los resultados de los análisis de
laboratorio, la reacción de la comunidad ante el delito, entre otros. En general
se pretende ir más allá del trabajo meramente matemático y estadístico[5] e integrar otras variables
de tipo cualitativo que aportan información valiosa para el estudio del
comportamiento criminal.
El
enfoque de este tipo de trabajos es avanzar en la unión entre ciencias exactas
(matemática y estadística) con ciencias sociales y humanas (psicología,
sociología, economía, etc.) en la problemática del análisis criminal y
contribuir a la seguridad, evitando caer en el error de simplemente culpar a la
policía por su inoperancia y transformar los simples “datos” en herramientas
valiosas de investigación criminal. De esta manera, la información está
disponible en tiempo real para efectuar análisis criminales que permitan
diseñar y escoger estrategias de lucha contra el delito y aumentar la seguridad
pública, separando la responsabilidad de las diferentes entidades del Estado
involucradas en la seguridad para poder evaluar de manera más objetiva su
responsabilidad y eficiencia.
Este
tipo de análisis permite rebajar la probabilidad que un delito se repita, que
una víctima sea revictimizada y que el delincuente reincida. Además de ello
facilita la selección de estrategias de seguridad, prevención y reacción frente
a los delitos e implica un trabajo en equipo en el cual participan disciplinas
como la investigación criminal, la criminalística, la criminología, psicología,
medicina, economía, ingeniería, arquitectura, estadística y la planificación
urbana.
Es
importante aclarar que esta clase de acciones facilitan la lucha contra delitos
específicos, sin embargo no pueden solucionar el problema general de la
criminalidad. Como muestra de su importancia se puede apreciar que las
estadísticas muestran una reducción de los delitos en países como EEUU, Canadá,
Australia, Nueva Zelanda, en los cuales han colaborado con la creación de bases
de datos, creación de modelos y algoritmos que ayudan en la lucha contra la
delincuencia y de grupos dedicados al análisis criminal, de los patrones
criminales y de las estrategias de lucha y prevención del delito.
En
el análisis criminal es fundamental comprender que el delito no es producto del
azar, ya que el factor Oportunidad es
clave; ello se debe a que los delitos se producen dentro de un sistema social y
no en cualquier lugar. Es evidente que existe un patrón y la clave está en
identificarlo, conocerlo, relacionarlo con las circunstancias de T-M-L que
permiten se cree la oportunidad para cometer el delito. Un ejemplo de ello
consiste en analizar el hurto de celulares y el hecho de que las personas andan
por la calle hablando por celular y ello los distrae del entorno, provocando
que no observen cuando alguien se les acerca, o que hablan por celular cuando
manejan lo que provoca igual situación y se une al hecho de aumentar la
probabilidad de un accidente. Es común que las personas usen sus celulares,
pero al hacerlo debemos tener en cuenta el lugar en el que nos encontramos y la
actividad que realizamos con el fin de evitar crear la oportunidad para que
ocurra un delito o un accidente.
Un
delito bastante estudiado con esta técnica es el de hurto a viviendas en un
sector específico, para lo cual se toma en consideración elementos como: a)
denuncias de hurto de viviendas, b) Tipos de daños causados en la vivienda, c) Estrato
social y nivel de ingresos, d) Niveles de desempleo, e) Censo de población
joven entre los 15 a 24 años y f) Nivel de estudios. Con estos datos se crea
una plantilla de Microsoft Excel que permita calcular unos valores que permiten
crear un Índice de Vulnerabilidad de Localidades o VLI[6] (por sus siglas en
inglés). El proceso analítico consiste en insertar las variables de datos en la
hoja de cálculo, normalizando las variables que luego se convierten en tasas o
proporciones mediante la aplicación de fórmulas de estadística descriptiva
sencillas. Estos resultados pueden ser visualizados en un mapa del lugar ya que
ello permite relacionar los espacios con su porcentaje de vulnerabilidad y
analizar por qué hay sitios especialmente vulnerables
Es
importante también para estos estudios contemplar el diseño urbano, por ejemplo
el tipo de iluminación y su ubicación o el diseño de los espacios públicos que
puedan ser apropiados por las personas y se posibilite su uso de manera segura,
ya que desde el diseño de los lugares se puede reducir también la oportunidad
de comisión de los delitos y facilitar la participación ciudadana en la
seguridad.
En
nuestro país este tipo de análisis está poco desarrollado y mucho menos
apropiado por la comunidad investigativa en lo criminal y lo criminológico, lo que aumenta nuestra vulnerabilidad y crea
oportunidades para que la delincuencia nos haga blanco de sus acciones.
[5] Un
ejemplo de modelación matemática en criminología lo podemos ver en: http://www.incytde.org/incytde/content/modelaci-n-matem-tica-en-criminolog
[6] Tompson, L. (2012) Localidades Vulnerables Index . Serie
JDiBrief. London: UCL Instituto
Jill Dando de Seguridad y Crimen Ciencia. ISSN:
2050 hasta 4853.
Interesante propuesta para contribuir a la seguridad de la ciudad. Infiero que los lugares vulnerables son relativamente cerca al lugar de residencia de las personas que realizan los delitos. Por ejemplo en el sector de los Molinos del barrio Belén, se ha observado personas que delinquen y proceden de barrios como Safra, las violetas y rincón. Al cometer el delito se desplazan hacia su “territorio” barrio, para ocultarse de las autoridades. Por lo regular cometen un “solo delito” en el día en un lugar. En entrevistas formales e informales con personas que delinquen dan cuenta de esto.
ResponderEliminarSeñor gracias por contribuir a la seguridad de nuestra ciudad.
Hola Oscar Raul,
ResponderEliminarEs cierto lo que comentas, debido a las caracteristicas del urbanismo en la ciudad de Medellín encontramos que se entremezclan diferentes sectores sin una delimitación adecuada entre zonas de desarrollo comercial, industrial, habitacional y de recreo; esto provoca que existan espacios vulnerables o "nichos de cacería" para los delincuentes y que las oportunidades de delinquir se aumenten. Esta es una de las variables de análisis que debemos observar cuidadosamente para corregirla en el Plan de Ordenamiento Territorial y en las políticas de seguridad urbana que se desarrollan en esta ciudad.