Aunque la adicción es un fenómeno complejo en el que intervienen múltiples factores, una reciente investigación ayuda a comprender mejor lo que ocurre en el cerebro una vez se prueban sustancias como la cocaína.
Esta droga es capaz de generar cambios en los circuitos cerebrales relacionados con la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria, lo que favorece que se genere una adicción. Es como si, tras una primera dosis, la cocaína ‘enseñara’ al cerebro a seguir consumiendo, a favorecer este comportamiento frente otras opciones.
Mediante experimentos en ratones y utilizando técnicas de imagen, los autores han podido demostrar que una sola dosis de cocaína genera en la corteza frontal de los animales un rápido crecimiento de espinas dendríticas, que son clave en la transmisión de información entre neuronas y en la memoria. Los ratones cuyo cerebro había generado más espinas y éstas tenían una mayor densidad, eran también los que en mayor medida optaban por seguir consumiendo cocaína en lugar de otras posibilidades.
Se ha observado que quienes han consumido drogas durante un tiempo prolongado muestran una menor función en su corteza frontal en relación con tareas habituales y, en cambio, aumentan su función en respuesta a actividades relacionadas con las drogas.
(24/09/2013)
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