“Yo pensaba
que lo peor de esta vida era acabar solo, y no lo es.
Lo peor es
acabar con gente que te haga sentir solo”.
Robin
Williams.
En esta entrada
hablaremos un poco de estos dos fenómenos: el AISLAMIENTO y la
SOLEDAD, algunas de sus características y la manera de enfrentarlos.
Comenzaremos por dar una sencilla definición:
El aislamiento es
un fenómeno psicosocial que implica una situación real de tener un mínimo o
nulo contacto con otras personas, puede darse por problemas de socialización o
falta de capacidades para construir relaciones con otras personas, para
mantener el contacto o la interacción con los demás o como nos ocurre en estos
momentos por una situación de emergencia sanitaria con el fin de evitar la propagación
de un virus altamente contagioso y mortal.
El aislamiento
involucra un mínimo de contacto con familiares y amigos, lo cual en nuestra
situación actual ocasionada por la pandemia de COVID-19 puede ser fácilmente
solucionada mediante el uso de la tecnología, que nos permite ver a nuestros
seres queridos, conversar y compartir tiempo.
La soledad es
una sensación subjetiva (interna y propia de cada persona) de tener menor
afecto y cercanía en el ámbito íntimo y social.
La soledad en la
esfera íntima ocasiona soledad emocional o sentir poca
cercanía con los seres queridos y con tu familia nuclear (padres y hermanos).
Evidencia una separación del grupo básico de entre 1 a 5 personas íntimas a
quienes podemos acudir cuando estamos en momentos de crisis o necesitados de
apoyo emocional. Es algo muy parecido a cuando se enfrenta la viudedad y la
partida de los hijos.
Por su parte,
la soledad social produce la sensación de sentirse poco
valorado socialmente, se produce cuando no hay frecuencia y firmeza en los
contactos sociales con el grupo básico de 15 a 50 personas con las que
congeniamos y compartimos algún tipo de vínculo (amigos, compañeros de trabajo,
compañeros deportivos, de actividades recreativas, etc.).
Ninguno de los
dos fenómenos anteriores debe confundirse con vivir solo, lo
cual no implica estar aislado ni completamente solitario, ya que quienes viven
solos pueden disfrutar de una activa vida familiar y social, al contrario de
algunas personas que, aunque viven en familia o acompañados, pueden sentirse
muy solas debido a malas relaciones íntimas (familia, parejas).
Encontramos aquí
un elemento clave para reflexionar y una oportunidad de crecimiento personal,
familiar y social: Lo importante no es solo tener “aparentes relaciones
sociales” con otras personas, por ejemplo, cuántos amigos tienes en
Facebook, lo realmente importante es la CALIDAD DE ESOS VÍNCULOS,
por lo tanto, el aislamiento social no implica solamente un estilo de vida
voluntario, el verdadero aislamiento social es totalmente involuntario.
Hay tres
aspectos esenciales que debemos examinar en nuestra RED SOCIAL DE
APOYO:
a) El
apoyo emocional: Se refiere al uso de las relaciones sociales como
medio para satisfacer las necesidades emocionales y de afiliación, para compartir
sentimientos, sentirse querido, valorado y aceptado por los demás. Es uno de
los tipos de apoyos más importantes y se logra mediante la comunicación
interpersonal, produce efectos saludables, reduce el estrés negativo (Distrés)
y tiene efectos positivos sobre la sensación de bienestar de las personas.
b) El
apoyo instrumental: Consiste en proveer de ayuda material directa o
proporcionar u servicio, un intercambio de ayuda en la vida diaria, en lo
económico, los recursos materiales o los servicios, está asociado al bienestar
que se presenta debido a que reduce la sobrecarga de tareas, deja tiempo libre
para la recreación y las actividades sociales y para el crecimiento personal.
c) El
tamaño de la red: Lo importante no es la cantidad de personas, si no la
calidad y oportunidad para el apoyo, esto es lo que nos permite sentirnos
realmente apoyados, queridos, valorados, es lo que genera un sentido de
pertenencia e integración, en especial cuando se recibe o brinda apoyo
emocional constante (tal vez el más importante) y un apoyo instrumental eficaz
e inmediato.
La interacción
entre los factores anteriores y la evaluación subjetiva que hacemos de ellos es
la que produce los que se conoce como SENSACIÓN DE APOYO PERCIBIDO.
Esta sensación es la que nos permite ser más resistentes a los estresores
internos y ambientales, detectar a tiempo las insatisfacciones y expresarlas
adecuadamente e identificar futuros problemas con los miembros de nuestras
redes de apoyo.
En este sentido
del análisis es importante detectar que, en estos momentos, una de las cosas
que más nos podría afectar (positiva o negativamente) es el APOYO
ANTICIPADO, el cual se define como:
a) La
expectativa de que otros proporcionarán ayuda cuando sea necesario (Wethington
y Kessler, 1986).
b) Un
indicador de las relaciones sociales positivas
c) Un
determinante de la salud y el funcionamiento físico. Se genera basado en la
cantidad de apoyo recibido actualmente y en el pasado. Krause (1997).
Anticipar el
apoyo nos perite generar una RED SOCIAL DE SEGURIDAD, que permite que surjan
sentimientos de control personal, independencia y autovalía. A más ayuda
recibida por los integrantes de tu red, mayor será la expectativa de ayuda
esperada y el optimismo percibido.
A MANERA
DE CONCLUSIÓN:
· No
debemos confundir el aislamiento social con otras situaciones como la soledad,
la soledad emocional, la soledad social y la decisión de vivir solo.
· Es
importante entender cómo funcionan y están conformadas nuestras redes sociales
de apoyo, con el fin de fortalecer sus tres características esenciales: el
apoyo emocional, el instrumental y el tamaño eficiente de la red.
· Al
fortalecer nuestras redes de apoyo social permitimos que surja y aumente la
sensación de apoyo anticipado, la cual nos brinda sensación de seguridad,
relaciones sociales positivas, mejoras en nuestra salud mental y física,
sentimientos de autocontrol (personal y del entorno), sensación de
independencia, mejora nuestra autoestima (autovalía) y el optimismo para
mantenernos tranquilos.
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