Un importante movimiento de protesta social
y político, con elementos claros de fenómeno criminológico, se presenta en
Brasil; faltando un poco más de un mes para el inicio del mundial de fútbol,
especialmente en ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro. En estas protestas
encontramos a los llamados Integrantes del "Movimiento de los Trabajadores
Sin Techo" (MTST) quienes en número aproximado a 1.500 personas se
encuentran en refugios improvisados, ubicados a unos cuatro kilómetros del
estadio Arena Corinthians el cual será sede del partido inaugural y otros partidos
del mundial (Sebastiao Moreira. EFE)
Los medios masivos de comunicación han
mostrado más disturbios en ciudades capitales como Florianopolis Belém y
Fortaleza. Todo este fenómeno se presenta en una evidente tensión social
causada por las indiscutibles necesidades insatisfechas de la población
(vivienda, salud, educación, recreación, empleo digno, etc.) frente a las
enormes sumas de dinero gastadas en la construcción de escenarios deportivos,
hoteles y otro tipo de infraestructuras que no responden a dichas necesidades.
Los movimientos populares mantienen un
cronograma semanal de protestas y actividades, el cual contempla todo el
calendario del mundial de fútbol. Las protestas tuvieron un leve descenso
cuando la presidenta de Brasil, Vilma Rousseff, estuvo hablando con
representantes de los MTST y de otros grupos, como los sindicatos de
trabajadores de diferentes gremios; la señora Rousseff prometió un "plan
de inversión en vivienda populares financiadas", sin embargo al no
alcanzar acuerdos concretos y mucho menos encontrar soluciones a las problemáticas
el caos social ha aumentado y la violencia ha recrudecido hasta situaciones
dramáticas. Ver: Acción Directa Prensa Libre https://www.facebook.com/photo.php?v=694026607331940&set=vb.369921206409150&type=2&theater
Si analizamos esta situación desde la
teoría criminológica, vemos un claro ejemplo de lo que las escuelas
sociológicas exponen. Desde el movimiento criminológico crítico es claro que
hay una lucha de clases entre aquellos más alejados del poder y de la
posibilidad de promulgar leyes que les favorezcan contra quienes detenta ese
poder y pueden emitir esas leyes de manera que protejan sus propios intereses
minoritarios. Este tipo de conflictos facilita la aparición de comportamientos
que para el establecimiento estatal pueden ser considerados desviados y hasta
delictivos, lo que alimenta el nivel de tensión y la posibilidad de
confrontaciones en las cuales se pase del diálogo a las acciones.
Teniendo en cuenta los planteamientos que
Robert King Merton expone sobre la tensión social, en los cuales hace diferencia
entre las metas propuestas por la cultura dominante y los medios lícitos
disponibles para alcanzarlos, es evidente que no es ético ni democrático que un
gobierno decida invertir miles de millones de dólares en un negocio en el cual
las ganancias irán para unos pocos, representados por grupos multinacionales
bien definidos, y descuide la situación de millones de ciudadanos que no pueden
acceder a la satisfacción de necesidades básicas y fundamentales. No estamos en
contra del Fútbol como deporte y reconocemos la gran pasión que despierta en millones
de personas al rededor del mundo, en especial en Brasil, pero es inaudito que
dichas ganancias no se reviertan en las necesidades de las personas más
necsitadas.
De lo anterior se desprende la posibilidad
de aplicar también la teoría de la Asociación Diferencial, especialmente en lo
que se refiere al DELINCUENTE DE CUELLO BLANCO o White Collar Crime, que es el encargado
de cometer actos de CORRUPCIÓN mediante los que saquean los dineros del Estado,
revirtiéndolos en ganancias individuales; en este caso para multinacionales
como la FIFA o para las empresas constructoras a quienes se adjudicaron los
jugosos contratos de obras (Odebrech, AOS Emprendimientos, Andrade y
Gutiérrez). Este tipo de personajes (los delincuentes de cuello blanco o
corruptos) son considerados EGOÍSTAS PERFECTOS debido a que solo dimensionan su
beneficio personal, al
que están dispuestos a llegar mediante el uso de cualquier medio ilícito para
adquirir riquezas (es lo que R. Merton clasifica como “innovadores”) y no son capaces
de pensar en sus semejantes, haciendo oídos sordos y ojos ciegos a los
evidentes efectos sociales que enfrentan sus coterráneos menos favorecidos
quienes no pueden acceder a sus derechos a los ideales de la cultura del consumo masivo
y la opulencia.
Otro aspecto claro lo encontramos en los
evidentes momentos de anomía, durante los cuales los propios servidores de las
fuerzas de seguridad del Estado brasileño agreden de manera descarada a la
población, es evidente el USO IRRACIONAL DE LA FUERZA y la desproporción en las
respuestas a las protestas de las personas. Es evidente como un grupo de
individuos, con la manipulación psicológica necesaria, puede llegar a agredir
de manera vil a sus propios conciudadanos, abusando de la confianza depositada
por éstos para que porten las armas del Estado y supuestamente mantengan el orden;
los actos que ha realizado la policía brasilera se enmarcan en esta descripción
y van claramente en contra de lo que promulga su escudo nacional “Orden y
Progreso”. Frente a esta deplorable situación Amnistía Internacional, el pasado
8 de mayo, ha sacado un comunicado de prensa mediante el cual convoca para
garantizar el derecho a la libre expresión, las manifestaciones pacíficas y el
respeto por los derechos humanos durante el mundial.
Todo lo anterior plantea una situación
crítica en la cual se debe brindar seguridad, pero por encima de todo con
respeto por los derechos humanos y realizar verdaderas acciones desde el Estado
mediante la mejor política criminal preventiva que consiste en aplicar
políticas sociales justas y eficientes en búsqueda de la calidad de vida de
todos los ciudadanos.
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